Por Sensei Pocho, Peluchologo especializado en relaciones peluche peluche.

Matrícula número 943.225

De vuelta de mis vacaciones en Mozanbique, donde visite amigos, algún que otro familiar, y sobre todo estuve en seminarios peluchiles. Dentro de los seminarios, observamos la actitud del peluche en la arenosca, la actitud del peluche y su relación con el canto rodado, el peluche y la hierba fresca de las planicies, es decir el peluche y un habitat que le es desconocido. Pero en este momento, esta en boga un tema que nos preocupa a todos los pelucholgos, “la masturbación del peluche”.
Hoy abordaremos la nueva tendencia de la masturbación del peluche mediante el uso de la aspiradora. Esta tendencia esta creciendo en los países más desarrollados. El record masturbatorio dentro de esta categoría, tengamos en cuenta que es un tipo de masturbación moderna y no milenaria, se encuentra en los países asiáticos. Si señores, en el gigante asiático, donde el promedio peluchil (solo para que sen una idea de la cantidad que estamos abordando) es de 24.57 peluches per capita. Si solo en China, hay mas de 1.000 millones de personas pensemos la cantidad de peluches. Es mas, pensemos la cantidad de peluches que no pueden satisfacer sus necesidades, ni peluche-peluche, ni humano-peluche, de ahí es que aparece la masturbación en cadena, la masturbación en masa, y la masturbacion mediante el uso de electrodomésticos.
La aspiradora hace que el peluche se sienta cómodo, que no se preocupe por el desgaste de energías, y le provoca un placer animal, ya que la aspiradora va succionando el miembro del peluche, hasta que le saca el mantra sagrado del peluche, la pelusa, la goma espuma. Si la aspiradora de tu casa se traba seguido, es por que tus peluches andan jugueteando seguido. Cuando peluche no tiene sexo de manera regular, es capaz de visitar a la aspiradora hasta 4 veces diarias. Cuidado, es como una droga, el peluche siempre busca mas.

Esperando sus comentarios sobre masturbaciones en masa, Sen Sei Pocho les desea el mejor 2007, con menos moñitos rojos en los cuellos de los amigos peluchiles.